La contendiente para ser ministra de la SCJN dijo que es imposible ya que cada poder de la nación postulará sus propios perfiles y además habrá un sorteo.
La magistrada lagunera, Ana María Ibarra Olguín, quien se postulará como contendiente para ser ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en el próximo proceso electoral judicial, considera que no es posible que existan “dedazos” en la selección de los candidatos ya que cada poder de la nación postulará sus propios perfiles y además habrá un sorteo.
“Es un proceso en el que están interviniendo los tres poderes. Es imposible que se dé un ‘dedazo’ porque es el Poder Judicial postulando a sus candidatos, y el Ejecutivo y el Legislativo a los suyos a partir de este proceso. Al final, será el ciudadano quien va a poder elegir y determinar quiénes serán sus jueces”, expresó en el marco de la conferencia que impartió a la comunidad académica en la Facultad de Derecho.
Respecto al sorteo o insaculación pública para la decisión final de los cargos que serán elegidos por elección popular, comentó que los comités del Ejecutivo y Legislativo han realizado su respectiva labor de depuración y proceso de entrevistas para los prospectos, donde la suerte determinará los nombres que estarán en las boletas.
“La Reforma Judicial no solo democratizó el acceso al Poder Judicial, sino que también creó mecanismos para reducir la captura de los órganos de justicia por parte de grupos de poder. Esto se logró mediante la insaculación y los procesos de evaluación transparentes y basados en el mérito que llevan a cabo los Comités de Evaluación”, declaró la magistrada nacida en Torreón.
La magistrada ve necesidad de un sistema judicial aún más equitativo
En su opinión, ve la necesidad de construir un sistema judicial que sea más equitativo, socialmente responsable y alineado con las demandas de la ciudadanía, además de contar con perfiles de jueces progresistas vean al derecho como un instrumento de cambio en la sociedad y se cierre la brecha de desconfianza con la gente.
“Necesitamos jueces y juezas que acerquen el derecho a la sociedad, necesitamos cerrar la brecha de desconfianza con la sociedad. Necesitamos una justicia con sentido social, con equidad y nivelar la cancha de juego con los más desfavorecidos, que comprendan que acceder a la justicia tiene costos que no todos pueden absorber”. dijo.
Subrayó también la necesidad de jueces y juezas con una sólida formación profesional, pero sobre todo, con integridad ética indiscutible, esto ante su opinión respecto a la actual forma de hacer justicia.
“Es más una cuestión institucional lo que permeaba en el Poder Judicial más que dirigirla hacia las personas. El problema institucional en mi opinión está en el exceso de formalismo, en la justicia distante a la gente y en la justicia elitista”, añadió.
Ana María Ibarra Olguín actualmente desempeña el cargo de Magistrada Presidenta del Décimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito. Además, imparte las asignaturas de derechos humanos y derecho constitucional en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Cuenta con una formación académica en la Universidad de Virginia en EUA donde obtuvo los grados de maestría y doctorado. También fue Directora General del Centro de Estudios Constitucionales de la Corte Suprema en el que publicó más de 80 obras y múltiples seminarios con participantes de todo el mundo.
Fuente: Milenio